De nuevo en el aire. Silencio, se rueda. Breve entrada para dar comienzo a la nueva serie topanista, esta vez por los caminos polvoriento del África austral.
El mundo cambia, sin embargo, y en vez de hacer el preceptivo trasbordo en Frankfurt o Londres, la caravana se dirige a oriente. Empezó con un Fly me to the moon zíngaro, apuntando el trayecto, interrumpido por un señor de marrón con chaleco amarillo y porra, que hacía que no veía a los tres jazz men rodeados de maletas. Y la luna se ha convertido en media, en medio del Golfo Pérsico, probablemente en el desplazamiento por pista, entre avión y terminal, más largo jamás contado. Yakashumi y su colega se han bajado en la primera parada, después de 10 minutos por el desierto de Arabia, y si no es por la pareja de cirujanas niponas que han gritado su nombre a través de esa máscara, que no se han quitado en 6500 millas ni para beberse un vaso de agua, se quedan en Doha.
Pues nada, aprovechando el wi-fi petrolero, damos por comenzada la serie. Laslo se desliza con su permiso bajo la manta de Qatar Airways (muy fea, no vale la pena meterla disimuladamente en la mochila), Océano Índico hacia el sur.
El mundo cambia, sin embargo, y en vez de hacer el preceptivo trasbordo en Frankfurt o Londres, la caravana se dirige a oriente. Empezó con un Fly me to the moon zíngaro, apuntando el trayecto, interrumpido por un señor de marrón con chaleco amarillo y porra, que hacía que no veía a los tres jazz men rodeados de maletas. Y la luna se ha convertido en media, en medio del Golfo Pérsico, probablemente en el desplazamiento por pista, entre avión y terminal, más largo jamás contado. Yakashumi y su colega se han bajado en la primera parada, después de 10 minutos por el desierto de Arabia, y si no es por la pareja de cirujanas niponas que han gritado su nombre a través de esa máscara, que no se han quitado en 6500 millas ni para beberse un vaso de agua, se quedan en Doha.
Pues nada, aprovechando el wi-fi petrolero, damos por comenzada la serie. Laslo se desliza con su permiso bajo la manta de Qatar Airways (muy fea, no vale la pena meterla disimuladamente en la mochila), Océano Índico hacia el sur.
No hay comentarios:
Publicar un comentario