miércoles, 21 de noviembre de 2012

De nou al fred

Família, no us atabalo més. Simplement us passo l'àlbum de fotos de la darrera missió topanista, per a que veieu món des de casa vostra, anant en metro o dissimulant a l'oficina.


Fins a la propera.


sábado, 17 de noviembre de 2012

¿Compras o patinas?

¡Qué bien estar en la civilización de nuevo! Con sus atascos, su ajetreo, sus centros comerciales repletos de cosas imprescindibles para la vida moderna. ¿Qué harían los salvadoreños si, en un ataque de furia tropical, no pudieran irse rápidamente a patinar sobre hielo? La civilización prevé todos estos pequeños detalles que hacen que la vida merezca la pena. ¿Cómo harán en esas comunidades, colgadas en las montañas, si poder calzarse los patines? ¿Cómo liberarán su stress consumista?¿Será que tienen un problema genético de equilibrio y por eso no vienen?
Todas estas preguntas se hacen nuestras queridas amigas de telenovela, mientras devoran dulces en la boulangerie de moda, a escondidas de su esteticien,  y vigilan a sus hijas mientras se deslizan por el hielo, bajo la enorme cúpula del centro comercial. Los elegidos para la vida moderna pasan una plácida tarde más.

A fuera, otros hemos concluido las últimas reuniones de esta misión topanista. Nuestra querida viceministra no pudo venir y nos mandó a un ayudante con las señas del encuentro, por toda información, mientras que nuestro estimado viceministro lanzó el discurso nº327, especial para cooperantes sin blanca buscando cómo sobrevivir, contó los chistes nº24 y nº37 (combinan ciertamente bien con el citado discurso), se lavó las manos y se retiro hacia la siguiente reunión.

En un formato algo más prosaico que la pista de hielo para alumnos del Licée Français, nos servimos los últimos tragos antes de despedirnos de los camaradas. Hasta pronto, ¡fue un placer volver a verles!

Y ustedes, queridos lectores, hasta la próxima gira.

viernes, 16 de noviembre de 2012

Un cuento granadino

En esa estancia, llena de cachibaches de cualquier época, chocoyos que gritan, hamacas que se mecen solas, fotos de mejores tiempos y cuadros que repasan la historia familiar, se cuecen a fuego lento los cuentos que tanto nos gustan oir a nuestros mayores y descubrir a nuestros pequeños. Los granadinos cuecen a fuego lento sus ocurrencias y su chismes, impregnados de un aroma a tanino de roble y alcohol de caña, y luego van pasando de mano en mano hasta convertirse en el relato verdadero de sus vidas, que gustan desgranar en largas y perezosas mañanas como ayer.
Si no hubiera tenido que regresar al campamento base en Managua, allí estaría todavía oyendo hasta el último cuento que recordaran mis queridos anfitriones. Tantos años sin vernos dan para mucho y un día es poco para actualizarse, y ver los escasos cambios de la antigua capital nicaragüense. Hasta la mamá, ya centenaria y con el oído recuperado para hablar conmigo, sigue en su mecedora de la isla del lago, esperando coqueta que llegue el día en que su doctor cubano de ojos azules le pase consulta.

Gabo no se inventó nada, seguro que tenía unos amigos como los míos por su tierra, de los que aprendió todo lo que nos contó en sus libros. Un día me animaré a contarles la historia de Chico Largo, el alma en pena que guardaba una vasija llena de doblones de oro en los campos de maíz de la isla de Ometepe, y que sólo se le aparecía a uno la noche de Viernes Santo si una flor de malinche caía al suelo ante nosotros.

Si no me creen tómense un roncito más.

martes, 13 de noviembre de 2012

Trata de blancas

A la altura de Loma de Tiscapa, un muchacho se acercó al taxi y le puso en la mano un folleto de propaganda de un night-club, con una muchacha de espectaculares proporciones haciendo contorsiones alrededor de una barra metálica. 
Don Julio me miró por el espejo retrovisor: 

- Yo no veo que los españoles vayan mucho a estos lugares, ¿verdad? Yo fundé uno, allá por carretera Masaya. Pero me salí hace un año, y luego vino el problema con la policía, nada tuve yo que ver. 

A golpes con el tráfico de Managua, siguió con su relato: 

- Y sí, yo hacía mis bussines con los gringos que llegaban con los cruceros a San Juan del Sur. Cada chica que les llevaba en el taxi, 500 dólares. Luego yo les daba a ellas 350 dólares, cuando llenaba el carro con cuatro, me sacaba mi plata. Pero nunca tuve nada que ver con la trata de blanca, puede estar seguro. 

La colección de rotondas de dudoso gusto artístico, decoradas aprovechando una oferta de leds chinos como si fueran un belén durante todo el año, se sucedía como fondo de su historia: 

- En realidad yo fui de la contrainteligencia militar durante la época sandinista. Yo formé a mucha gente en este país, no se olvide que soy segundo dan de taek-won-do, campeón de las Espartaquiadas en Moscú 84.  Trabajé de agregado militar en Washington, asesor personal del Ministro de Defensa. Todos los gobiernos han venido a buscarme, pero yo ya me debo a mi familia.

Después de recoger el boleto del bus de vuelta a El Salvador, Executive Class, me acompañó a ver a otro camarada, sito en la fritanga de la Centroamérica, y continuó desgranando su biografía: 

- Yo hice la guerra de liberación en la montaña, tres años. En la ofensiva final, tuvimos que apoyar a los compañeros en Managua. Mi columna era la "Caza Perros" y nos tocó acabar con la mitad de los francotiradores panameños que contrató Somoza. ¡Vieras como caía la sangre del techo de las casas cuando los ametrallábamos desde dentro! 

De repente, el taxi se detuvo a trompicones: 

- ¡Púchica! Se no fue la onda y no pusimos combustible. Allá hay una bomba, vea. Empujemos el carro hacia la izquierda.

En medio de la autopista de dos carriles por sentido, empujamos el Lada y atravesamos las columnas de automóviles que intentaban esquivarnos como podían. Por suerte, el Señor hizo la obra, y la calle era de bajada. Suavemente, aterrizamos en una gasolinera que el Todopoderoso, de acuerdo con la Shell, había ubicado allá. 

Más tarde, con una Toña en la mano, esperando al camarada topanista, me tocó recomponer en mi cabeza el relato de Don Julio. En Nicaragua nunca sabe uno qué le puede pasar y qué puede aprender cuando sube en un taxi.

lunes, 12 de noviembre de 2012

El descanso del guerrero


El homo cooperantis también tiene derecho a descansar. A lomos de su 4x4 último modelo, se reunen en partidas de tres o cuatro y se encaminan hacia el litoral, buscando un remanso de paz cerca del mar. Hamacas, tumbonas, grandes ranchones desafiantes a la temporada de tsunamis; las condiciones creadas para encontrar un momento de tranquilidad, aunque sigan hablando entre ellos en una extraña jerga:
- ¿Pero tú trabajas en un Trust Fund?
Claro, yo no soy staff del World Bank.
- Creo que conozco un P5 que está contigo.
¿Surf o footing? Los primeros cabalgan sobre las olas, para desesperación de sus familias hambrientas, que ven cómo no llega su almuerzo a una hora decente, mientras que los segundos son devorados por los mosquitos cuando se alejan un poco de la burbuja civilizatoria, corriendo por la arena. Menos mal que nuestra anfitriona, en su castellano de Michigan, está preparada para cualquier eventualidad:

- Este es sand fly. Poner primero contra picar, luego gel, y luego loción para no mosquito.

Una vez embalsamados, podemos dar buena cuenta del esperado pescadito a la parrilla, y acabar en paz en nuestra hamaca una placentera tarde de domingo.

Seguimos nuestras aventuras por Nicaragua, una vez superadas las trece horas de caravana terrestres por las fronteras topanistas de Centroamérica, abrazando y disfrutando de los camaradas de siempre, que siempre están ahí.

Sí, señor ministro


Los próceres de la patria nos miran atentos, prisioneros en sus retratos de carboncillo, desde una pared de la sala de juntas de la octava planta de la Asamblea Legislativa. Los señores diputados y su cohorte de asistentes, observan incrédulos las maravillas y las promesas de la arquitectura bioclimática mundial, desgranada por el profesor Honhless, venido especialmente para la ocasión desde Los Ángeles. Mientras tiritan de frío, gracias a la potencia frigorífica instalada en tan insigne edificio, ya piensan en sus nuevas instalaciones, capaces de ofrecer el confort más moderno respetando a la Pachamama y de buen rollo, incluso ahorrando miles de dólares. Los casos de laringitis aguda, dicen, están dificultando el normal desarrollo de los plenos y la democracia por ende. Así que hay que ilustrarse con las nuevas tendencias que vienen del Norte.

- ¿Sabían ustedes que las ventanas de los edificios se pueden abrir para que entre el aire? Alguien lo ha descubierto en Europa.

Revolucionario, subversivo. Por suerte, y a pesar de que algún ilustre diputado aprovecha para hacer algunas consultas constructivas con el profesor sobre su ranchón en la playa, el martirio polar acaba a las dos horas.
Nos vamos a almorzar con el insigne invitado de la asamblea, y por la tarde nos instalamos con el señor ministro de economía a observar las evoluciones de la selección nacional de fútbol playa en los Juegos Bolivarianos. Semifinal en la cumbre, El Salvador contra Paraguay, todo un clásico, que acaba del lado de la nación sin mar ni playas. De nada nos sirvieron los centenares de kilómetros de litoral ni los revolucionarios métodos de entrenamiento de nuestros pescadores, metidos a estrellas del balompié.
Nuestro querido ministro, el único de la familia, pidió otra ronda para ahogar tamaña decepción, mientras seguíamos repasando el estado del mundo:

-        Es que ya nos dimos cuenta que estos son los únicos que podía ganar algo, lo otros en la vida. Y ya ves. ¿Otro trago de los mismo?
-        Sí, señor ministro.

jueves, 8 de noviembre de 2012

Crowdfunding en Los Hernández

- Señora, ¿no va a participar en la rifa de una estupenda vajilla de 24 piezas, de polietileno legítimo, made in China? Es para sufragar el proyecto de agua.
- ¡Cómo no! Déme diez boletos. Pero cuidado me la rompen, me la voy a ganar seguro.

El aviso no es porque sí. Aunque no haya loma que se nos resista, ni quebrada insondeable para estos exploradores del vital líquido, las montañas de Centroamérica son un peligro para el menaje del hogar, sobre todo cuando se transporta en esas líneas de furgonetas coreanas, donde la gente se guinda como puede e intenta llegar a sitio con vida.
Esperemos que los chinos se hayan imitado a sí mismos, por una vez en la vida, y sea polietileno y no porcelana.

Precioso descenso hasta las profundidades desde donde sale el agua que quieren poner en su casa nuestros estimados amigos. Ellas (de esto no se encarga ningún caballero, ¡habrase visto!) hacen el trayecto ocho veces al día, un vaso de agua en Los Hernández se paga con sudor femenino, queridos. La reunión de hoy, tras departir en el fondo de la quebrada con los albañiles (esa subespecie humana presente en todo el orbe, también con su tipo especial de bronceado en estas latitudes y su característico repertorio de sonidos guturales), va de cómo acelerar la marcha para que las chicas esté contentas. Las locales, por razones obvias, y la secretaria técnica de la embajada nipona, nuestra prodigiosa mecenas, porque se lo merece. Dicen que cuando bajó los doscientos metros, en tacones y sin agua, y volvió a subir, con todo el sol del Trópico, ya casi sin resuello, se le oyó murmurar lo justificada que estaba la inversión.

En Los Hernández entienden el japonés y el chino, y lo que haga falta. Nuestras chicas se merecen brindar estas Navidades con agua del grifo y no del cántaro.

miércoles, 7 de noviembre de 2012

Un trabajo de chinos

Nuestro contacto en la organización nos recibió en el jardín de la oficina. Fumaba incesantemente, extrayendo cigarrillos Delta de un paquete arrugado y pronto a extinguirse. Pidió café para todos a la asistenta. Ante la taza humeante, comenzó a hablar:
- Hay que hacerlo todo de una vez, no sirve por departamentos. Necesitamos tener todos los municipios, los  doscientos sesenta y dos.
- ¿Todos a la vez? Pero esto parece la Cruzada de Alfabetización.
- El gobierno tiene dudas, pero no podemos confiar en que seguirán aquí dentro de dos años. Y ya sabéis lo que les importa a los otros las comunidades perdidas en el campo.

Otro cigarrillo.
- ¿Cuánta gente necesitáis para cada municipio?¿Cuántos equipos?
- No sé, quizás dos equipos, tres personas en cada uno. Y una pick-up al menos por municipio.
Dos por tres, seis, por doscientos sesenta y dos (un momento, la calculadora):  mil quinientos setenta y dos.
- Bien, no está mal, bastante gente.

Mientras imaginábamos el pabellón de brigadistas acuáticos ejerciendo su juramento a lo banzai, llegó el siguiente cigarrillo y la siguiente operación aritmética:
- ¿Cuánto creéis que cuesta hacerlo? ¿Cuánto cuesta cada municipio?

Miradas de pócker o de momento final de "El Precio Justo". Se adelanta el jugador más experimentado:
- Dejémoslo en 300.000 euros por municipio, sé lo que me digo. Se puede hacer, al fin y al cabo no estamos aquí para hacernos ricos.
- Ok (momento calculadora), eso son unos 8 millones de euros. El problema es que la organización no cuenta con tantos recursos, habrá que buscar alternativas. Claro, en realidad es un trabajo de chinos, saber cómo está cada comunidad del país en cuestión de agua y saneamiento.
- Bueno, quizás podamos pedirle una ayudita a los chinos, ahora que lo dices.

Nunca se sabe de dónde salen los grandes proyectos y las tareas enciclopédicas como esta, ni sus cifras orondas ni sus rimbombantes objetivos. Las leyendas a veces se forjan fumando tabaco y sorbiendo café ralo, con la vista perdida, nublada por la épica cooperante, esta vez hacia Oriente. ¿A quién le importa a quién elijan hoy como Emperador de Occidente? 

martes, 6 de noviembre de 2012

Sois todos unos mormones

¿Cómo sabe el guardia de seguridad, parapetado detrás de su escopeta de perdigones y con cara de estar conteniéndose para no iniciar una matanza al más puro estilo de Hollywood, que somos o no mormones? ¿Expiden un carnet de mormonidad cuando abrazas el único credo verdadero? ¿Se lleva en la sangre y se te nota en la cara, aunque hayas madrugado para ir temprano a misa mormona?¿Se nace o se hace uno mormón?
Después de la segunda vuelta alrededor del templo, construido para ser el faro centroamericano de todos los peregrinos (mormones), somos un mar de dudas. Una verja protege las inmediaciones de tamaño monumento a la fe redentora, con aspecto de ojiva nuclear apuntando a todos los males terrenales, incluido el comunismo, según reza en la rotonda adyacente.

- Quieren que se convierta en algo así como Santiago de Compostela y que toda la mormonidad acuda de todas partes de Centroamérica -señala nuestra guía chófer-.

En cualquier caso, si no eres mormón, no puedes ver lo que hay dentro. A no ser que tuvieras suerte y aprovecharas el único día de puertas abiertas con que se obsequió a la incrédula ciudadanía salvadoreña.

Ya estamos instalados bajo el volcán, recuperando los sabores y fragancias que nos embriagaron en el pasado, incluido el de la flota de autobuses y sus carburadores de antes de la crisis del petróleo. Por la noche, a compartir con los viejos camaradas pupusas y un Rioja incorporado en el último momento a la bolsa de viaje, luchando contra el jet lag y los deseos de coger la cama como sea.

domingo, 4 de noviembre de 2012

Bussines Class

- Creo que me han llamado por el altavoz.
- Sí, en efecto. Ha habido una reasignación de asientos y se le ha colocado en Bussines Class.

La perspectiva de diez horas encerrado en un avión es diferente si delante tuyo median casi dos metros hasta el próximo pasajero. Incluso esas señoras maduritas sacadas de una telenovela, advenedizas del botox de última hora, se hacen hasta simpáticas. En menos de quince minutos, antes de que el Comandante Trujillo haya colocado nuestro flamente Airbus en el cielo, han conseguido acabar con las existencias de la tienda a bordo.

- Tranquila, señora, hasta que no despeguemos no podemos vender nada.
- Cuidado me quedo sin esa pareja de guantes de piel que he visto en la página tres.

Cuando una consigue hacerse con los mandos del asiento reclinable, previo cursillo acelerado por la jefa de azafatas (que la tienen, aunque no llegue a ser vista nunca y no pase de ser una leyenda en tercera clase), tiene que enfrentarse a con la carta de vinos y con el menú.

- El tournadó de pollo al oporto se lo íbamos a poner de todas manera en el aperitivo, caballero. Se trata de que elija el segundo. ¿Es usted más de carne o de pescado?

¡Dios, qué bochorno! ¿Me habrá delatado la camiseta del Decathlon a juego con la mochila Quechua?¿Serán las cuatro copas de vino que no he podido rechazar en la hora que llevamos de vuelo? Sigamos con el Ribera del Duero, por favor, y esos canelones de marisco. El postre se rehoga con un vino dulce y la guinda la pone un trago de 12 años de Flor de Caña. Como si de una trampa fuera, lo han puesto astutamente al final. Imposible hacerle un feo con ese highbolito al Comandante Trujillo y a sus veteranas azafatas de primera.

Aturdido por los efluvios etílicos, me pongo a 180grados hacia el Trópico. Es cierto, todavía hay clases, la Bussines por lo menos se te puede subir a la cabeza. Horas después, el Caribe a babor.

Esperamos que esta serie americana de las tribulaciones topanistas sea de su agrado. Laslo on the road, again!