miércoles, 22 de mayo de 2013

Evaluators

- Issa é a equipa d'avaluaçao.

Así nos presentan a la compañera de expedición topanista y a un servidor, ante la pléyades de cooperantes y oriundos, a lo largo de la sede con piscina de la ONG. Atrás queda el remozado aeropuerto, sin controles ni preguntas absurdas sobre las oscuras intenciones que nos traen al país. Un sello, una sonrisa protocolaria, la maleta y a correr por Mozambique.
Antes, nos instalamos en Fatima's Place, de la cadena de establecimientos de la secta mochilera, con su retrato del tío Bob haciendo maravillas con las manos, y pizarras de muchos colores anunciando el menú de la semana y las excursiones para turistas con pocas ganas de abandonar la nave nodriza.

Adormecidos por el ruido de la cascada en la piscina olvidada, empezamos a evaluar. Un tercer grado en toda regla contra nuestra anfitriona, para responder a algunas de las preguntas apuntadas en una libreta durante 6 horas a miles de metros sobre el nivel del mar. Después de la sopa de legumes y la primera Laurentina en el parque, se une el oficial WASH, de Córdoba, aunque parezca extranjero.

- Estaría bien que hablarais también con el HPM.

Pronto nos aclaran que no es ningún tipo de impresora, sino una persona. Seguimos con nuestra lista de sospechosos habituales, a la par que trazamos un mapa sobre la sabana mozambicana, casi en Zimbawe, y administramos nuestros días.

- Habrá que comprar galletas y esas cosas. Por allí no hay comida.

Está bien la aclaración, mientras cenamos en el restaurante local, dotado de sillones que ya quisiera cualquiera para su oficina, y volvemos a Fatima's a degustar una 2M rodeados de los acólitos de Bob, antes de dormir, para igualar la balanza cervecera.

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