jueves, 30 de enero de 2014

Héroes de la patria

Jamileth, con su rutilante melena caoba y su vestido de gala televisiva, surgió de un rincón, segura de su misión ante el impaciente público del Hotel Terraza, que ya coreaba su nombre:

- Doctor, así como cuando salvó a nuestra capital le dediqué esta canción, hoy quiero volver a dedicársela. Necesitamos que vuelva a salvar, en esta ocasión, nuestra amada patria.

Agarró el micrófono y entró perfecta en el play-back preparado por el staff del candidato, quien decidió observar con las pocas fuerzas que la lucha durante ocho meses contra el comunismo internacional le había dejado. Seguro que en ese momento evocaba a otros próceres como él, encargados de iluminar a sus compatriotas en difíciles momentos como este, tomando entre sus mandos la antorcha de la libertad.
Seguramente, no más de cuatro compases después de que Jamileth enfrentara su gentil tributo, hubiera tomado una aspirina antes que cualquier glorificadora tea, para combatir el dolor de cabeza, pero ya no había vuelta atrás. Los hombres de Estado deben ser así.

Había costado llegar a nuestro hombre, pero ya le teníamos en cuadro. Toda una mañana oteando la ciudad desde atalayas de cinco estrellas, localizando un set de entrevistas con vistas y solucionando nuestro particular sudoku que nos permitiera estar en todas partes a la vez. Gracias a Rogelio, becario en un bar de tapas franquiciado en Barcelona, conseguimos dar rápidamente con el mejor lugar para entrevistar a nuestro reportero guía. El volcán nos ofrecía el mejor escenario y parecía protegernos de todos los peligros, mientras desgranábamos los entresijos de nuestra superproducción. Esta vez no hubo tiempo para bañarse en la piscina del hotel sin pagar, con suerte conseguimos sentarnos ante un lunch ejecutivo y ordenar una agenda que cambiaba con cada llamada telefónica.

Tras la entrevista y el almuerzo, nueva capacitación en el centro de una ciudad tomada por los coches. Nuestro contacto a penas tuvo tiempo para dejarnos en el auditorio y volver a intentar aparcar en la gasolinera al otro lado de la calle. Algunas tomas y hacia el Terraza, sin tiempo que perder para oir la historia de don René, hijo pródigo de Santpedor, descendiente de una casta fundadora de cines y hoteles turísticos, apesadumbrado por el porvenir de la patria.

¡Jamileth, Jamileth! ¡Qué bálsamo para nuestros corazones, qué luz para nuestras dudas en la victoria! Todavía en la piscina del Terraza, ante dos chelas reconfortantes, resonaba tu voz en nuestros oídos y evocábamos tu clarividencia y respeto ante los héroes de la patria.

miércoles, 29 de enero de 2014

En campaña

El comando topanista entra en campaña. Puntuales, antes de que abran las panaderías, acudimos al punto de encuentro de la concentración del equipo rojo. Mientras se organizan para desplegar sus estandartes al viento, nos damos un refrigerio en la primera franquicia que nos abre sus puertas.

- ¿Frijolitos guisados o fritos?

La elección del desayuno tradicional es una especie de saludo a la patria y de imprescindible inyección calórica para en seguida ponerse manos a la obra. Las banderas llenan la avenida y diputados y militandes rasos se afanan en repartir insignias y todo el merchandaising que la industria del lejanos oriente tienen capacidad de fabricar. No falta la disco móvil, con chofer a coro, lanzando consignas y éxitos del hit parade electoral al aire. También presentadores de americana con botones dorados, sacadas del armario del Capitán Iglo, impostando voz de presentador tropical. Off the record descubrimos que en realidad hablan como todo el mundo.
Resueltos los problemas de conexión electrónica gracias a nuestro guía-chofer-radiofonista, nos dirigimos hacia Sta. Tecla. Un auditorio más tropical que el presentador alberga un mitin con tamal, pan dulce y refresco de tamarindo, donde unos y otros hablan de lo hecho y de lo que queda pendiente. Esta vez sí, denle otra oportunidad, como diría Pimpinela, está vez va en serio.

Tras la comida, reunión de trabajo con tarta de merengue con el equipo de comunicación de nuestra anfitriona, que se interesa por las últimas noticias de Piqué y Shaquira, de quienes lastimosamente podemos darles pocas informaciones. La agenda se empieza acelerar y hay que tomar decisiones, optamos por acreditarnos y resolver ese tema. Del Tribunal Superior Electoral al Crowne Plaza, de donde salimos con nuestras fotografías de urgencia y barba de tres días colgadas del cuello.
Por fin, cerramos el día con la presentación de la anterior superproducción topanista en el país, la que ha dado pie a la presente. Público entregado, palabras del director y reconocimiento de la hermandad audiovisual que nos une. ¿Demasiado para un solo día? Todavía tenemos tiempo para cerrar la exclusiva de mañana ante unas 'chelas', antes de irnos a la cama.


martes, 28 de enero de 2014

Luz verde

- Si me permite, voy a hacerle la seguridad.

Como si a uno le fueran a hacer la manicura, la señorita especialista en terrorismo internacional nos hace unas interrogatorio pret-a-porter de lo más intenso. No descubre ni sospecha en ningún momento que somos un comando de inteligencia y contrapropaganda, a punto de abordar el vuelo a Miami, pertrechado de cámaras, micros, cinta aislante y todo lo necesario para hacer la guerra psicológico-informativa.
Dentro del avión, descubrimos con alivio que nuestra línea aérea todavía conserva intacta su bodega de caldos franceses. Que el vuelo vaya medio vacío ayuda a que te puedas poner cómodo y a que toques a más botellas por barba, con lo que lo aprovechamos para disfrutar de nuestra propia compañía.

El comando topanista llega por fin a Miami. El teniente Echevarría nos delata, poniendo una A en la 'forma', lo que nos conduce, después de la primera barrera, a unos rayos X que tampoco impiden que pongamos pie en la tierra de las oportunidades. El 37 nos conduce hasta el Miami Springs Inn, una localización perfecta para cualquier drama de perdedores americanos, doblando la esquina de la pista de aterrizaje. Una Modelo adquirida en el karaoke peruano de la esquina nos sirve para darnos un breve homenaje, ese sorbo que te da la bienvenida y te proporciona la perspectiva del viajero que toda puerto.

Por la mañana, volvemos a nuestro bar preferido en la ciudad, pero tampoco conseguimos que la camarera latina se comunique con nosotros en la lengua que unía al imperio. Por suerte, café se dice muy parecido, no hay problema para recomponerse con un wafle tamaño Nuevo Mundo y volver a tomar el 37 de nuevo, de vuelta al avión. A las pocas hora aterrizamos en El Salvador.

- Pero yo necesito una dirección donde se alojen para dejarlos entrar.

El primo de Echeverría nos hace pasar un momento de pánico, que se resuelve a golpe de smartphone. En la aduana, el semáforo nos sonríen con una oronda luz verde y El Salvador se abre ante nosotros, llenos de cartelitos de hoteles de lujo que no preguntan por nosotros. Con el alijo de jamón serrano y queso manchego sano y salvo, esperamos a Chambita, quien nos lleva a nuestra primera cita con el guión.

Luces, cámara y acción. 'Quién paga el mariachi, elige la canción' echa a andar, no hay vuelta atrás.

PD. Si descubre el espía del partido contrario en la foto, gana un super wafle de nata y fruta.

miércoles, 1 de enero de 2014

Hasta pronto

Hasta pronto, quizás volvamos a vernos la próxima Navidad. Quién sabe si podremos volver a comer tagine de mil maneras diferentes, a paladear y recordar el sabor de las naranjas, a cenarnos con harira y huevo duro. A sacar fotos furtivas, a pasear entre los puestos de baratijas orientales, a dar propinas como marajás de barrio y a pasar calor en pleno invierno.

Fue un placer comprobar que todo sigue igual, al menos las cosas que nos hacen sonreir. Hasta muy pronto.