viernes, 31 de diciembre de 2010

El último chapuzón


El comando Boa Constrictor no podía despedirse del Año y de Fuerteventura sin un chapuzón atlántico en toda regla, en la playa de La Pared, y un pic-nic gentileza de Supermercados Inpescasa, el otro emporio de la isla, a la par de Almacenes Cabrera. Por la tarde, visita al santuruario de Pozo Negro, donde empezó el idilio con esta isla, refugio de las almas en busca de sosiego terrenal. Tras el copazo doble de Baileys en nuestra aldea de pescadores preferida, nos hicimos con el alijo de tabaco a mitad de precio (hay que amortizar realmente el billete y los gastos de representación derivados de la gira artística por algún sitio) y volvimos a nuestro apartahotel-castillito, intentando que las bolsas pudieran volver a entrar en las fauces del azafato Ryan al día siguiente.

Volveremos, esto no va a quedar así, queridos blogovidentes. El año que viene, más tribulaciones topanistas nos esperan, ojalá podamos contárselas con tanto gusto como en el 2010.

Feu bondat, família.

PD. Por cierto, el concurso lo vamos a dejar en un más que previsible y tramposo empate, para tener una excusa más con la que obligarnos a contratar los servicios del azafato Ryan, y volver a la Isla del Tesoro.

miércoles, 29 de diciembre de 2010

Almacenes Cabrera atacan de nuevo



El Sr. Cabrera construyó su imperio entre las dunas de Corralejo, aprovechando el tremendo siroco que sopla a menudo, y despoja a los bañistas de sus ropas y pertenencias. El fenómeno metereológico tuvo dos consecuencias: Gran Tarajal vio como uno de sus hijos predilectos amasaba una fortuna a base de recoger la ropa de los incautos bañistas europeos, bolsos, relojes y todo tipo de complementos, siempre a la última y directamente importados desde el continente por tan rápida y área vía. Y la segunda fue que el nudismo se puso de moda, a la fuerza (del viento), entre las dunas que amenazan con zamparse la carretera que nos lleva hasta Corralejo, dispuestos a seguir con nuestro concurso. Se intuye que entre los practicantes del naturalismo se encuentran desde parejas de azafatos de aerolíneas de todo pelaje (ellos sobre todo), personal de tierra y navegantes de ferries de cualquier archipiélago. Corre el bulo de que existe una regla física que relaciona la sinusoidal de su tripa con su posición en el negocio del transpote: a más próximo a la circunferencia, más cerca de los bajos fondos del muelle donde atraca Transmediterránea.


La Cofradía de Pescadores de Corralejo: bien el sitio, excelente, pero demasiado salsa con pastilla de caldo Knorr en los mejillones a la marinera. Claramente fuera de la competición, no está a la altura de los anteriores. Como consolación, una tarde examinando la calima majorera y la silueta de la Isla de Lobos. El siroco se había llevado, junto con los trapitos de Cabrera, las montañas de la vecina Lanzarote.

Surfitas del mundo, uníos


Esfuércese y los verá: son los puntitos negro neopreno que se ven justo en la ola, en su afán topanista de subirse en cada ola que, a su entender, les puede devolver contra las rocas de la costa. A cada punto negro de esos les observa una rubia teutona (hay algo de personal no de importanción, este país ha cambiado mucho), junto a una furgoneta llena de más tablas y trajes de esos que llevan en la foto.


La sensación cuando uno los ve, francamente, es de frío aterrador. ¿Qué necesidad habrá de tirarse al agua, vestidos como Costeau pero sin botellas, exponiendo el patinete contra las rocas, con lo bien que se está fuera contemplando la línea del horizonte? Pero si dicen que recorren el mundo buscando la mejor ola, algo de placer debe de hallar, no seremos nosotros quienes pongamos en duda el gozo toponista de las búsquedas abocadas al fracaso. O a volver a la furgoneta con dos trozos de tablas.


El Cotillo tuvo que contentarse con la jornada de descanso de la maratón gastronómica. Programa doble de bocata: jamón con queso, lo que en Madrid dirían mixto, y atún con tomate, dos clásicos para una playa de bandera, con su chiringuito a la altura de las circunstancias. Dense prisa, alguien ha empezado a dibujar calles detrás de las dunas, parece que cabe más gente, a parte del inevitable ingeniero alemán, enamorado de las energías alternativas.


La Boa Constrictor, especie a proteger



La verdad es que fue un error abandonar la competición de papas arrugadas y substituirla por la de atracones en lugares remotos. La mecánica del concurso es sencillo, tanto como dilapidar la paga extra de Navidad: váyase al punto más remoto que conozca de una isla semidesierta, Fuerteventura por ejemplo, y póngase como el Quico, a golpe de calamar gigante jurásico o pescadito frito de dimensiones radiactivas. Todo, eso sí, rehogado con vino blanco de la casa (nos sirve que la casa esté en Lanzarote, incluso en el Penedés, gracias al incansable señor Torres, patrocinador no oficial del concurso), y con las susodichas papas arrugás, que a estas alturas del campeonato no sirve, claramente, para fundamentar una competición mundial que se precie.


La Boa Constrictor se fuma un cigarrito, impresionada por la mar océana, pide un café (lo sentimos, manifiestamente mejorable), y espera que el benévolo sol de media tarde que luce en las islas en estos días de finales de diciembre, eche una mano con la digestión.
De momento, entre Los Pescadores y El Caletón, este último en la misma puntita de la isla, en la Península de Jandía, se lo están poniendo realmente difícil a los jueces, como los paisajes del fin del mundo que nos ponen para la sobremesa.




viernes, 24 de diciembre de 2010

Navidad en (el) Pozo Negro

Superado el impacto del desayuno con pinta de Guiness y doble huevos con bacon, nos lanzamos a descubrir nuestra isla. Como es habitual y cabe reconocer, Lonely (Loli para los amigos) guió nuestros pasos hacia el rincón del que como siempre no quisiéramos salir. Pozo Negro es uno de esos lugares tan rotundos que no hay más que sentarse en Los Pescadores, callar y dejarse hipnotizar sin más remedio, dando cuenta de las primeras papas con mojo que participan en nuestro particular campeonato navideño.
Esperemos que todos los pozos que nos encontremos sean como este, para no gritar y quedarse acurrucados ante el sol de la tarde, esperando que nadie nos salve del desierto y la soledad más magnífica.

Bon Nadal, camaradas de las estepas y las islas por descubrir.

jueves, 23 de diciembre de 2010

La Isla del Tesoro
















Queridos lectores, sólo unas líneas para anunciarles que a partir de mañana comienza una nueva aventura de Laslo Topanich en África. La Isla del Tesoro les transportará a las profundidades de Fuerteventura, en una nueva expedición hacia tierras ignotas, desafiando todos los peligros del turismo de masas.


Manténganse a la escucha.

domingo, 5 de diciembre de 2010

Passejant per Sardenya

Això del Ryanair és així. De sobte, dilluns t'enrecordes de que sis mesos enrera havies comprat un bitllet per anar a L'Alguer, per allò de que no aprofitar el preu feia fins i tot vergonya. I fent mans i mànigues, deixes la canalla a casa dels avis (és que ja l'hotel no era tan barat, reis), i surts cap a Girona, fas l'entrepà a la sala d'espera a corre-cuita i de sobte ets amb un paio d'una oficina de turisme italiana parlant en català. Els tenen ben distribuïts per tot el poblet, per que facin més presència, perquè això del català a L'Alguer és com el castellà a Manila, una curiositat desfasada dels llibres de llengua.

- Dona, Pepita, ja quehi som, agafem tres dies, no?
- No serà massa, Antonio?

I clar, fas un birra (picola, que la cosa pica) just en arribar, t'hi atanses, fas un volt, i cagada pastoret perquè ja has vist tot el poble abans d'anar a dormir. Total, és igual, tornem l'endemà, a veure si canvia amb la llum del dia. I sí, canvia, veus els anuncis de les excursions a la inevitable cova, sense la que la tercera edat no sabria què fer.
Mare meua, quins valents aquest personal, no li temen a res! El que calgui per tenir quelcom de nou que explicar jugant al dómino o per impressionar a la portera. El problema va ser
baixar del vaixell que ens hi duia a la mateixa porta de la Grotta di Neptuno, perquè per donar-li emoció allò no tenia cap mena de sistema per atracar civilitzadament, per la passarel·la dels pirates s'havia de sortir.

Laslo sempre present, com no. Pujant unes escales s'arribava a la carretera on l'autobus de línia et deixava en un còmode trajecte des del port. Però clar, aleshores no té cap gràcia.
Esgotada l'excursió, el nostre comodí, només quedava agafar-se un cotxe i voltar per l'illa. Vistes totes les combinacions motrius, bicicleta inclosa, un diligent llogater de cotxes, a qui se l'ha fet venir expressament a l'hotel, ens intenta facilitar un vehicle. Tot bé, cap problema per omplir l'inacabable con
tracte, fins que comprova la data del carnet de la conductora.

- Antonio, ho sento, no sé on tinc el cap. Mira que portar el carnet caducat. Però segur que no es pot conduir així? Però si no sortirem de l'illa...

El nostre sofert llogater no només no ens lloga el cotxe si no que a més ens fa de taxista i ens deixa a l'estació de tren, camí de Sassari. La Pepita, que s'havia portat el bikini, s'ha de conformar amb una visita al museu de mineralogia i amb un plat combinat, i per la tarda amb una magnífica tournée per la industrial vila dePorto Torres, amb la seva flamant central tèrmica i el seu jaciment arqueològic tancat per reformes.

Cafetó i cap a casa, Pepita. Ens fotem una metre de pizza, fem el got sentint a l'aspirant local a guanyar el Gente Joven al pub de la platja, i a veure com ho fem demà per allargar el dia.

- Antonio, tu sabies que això estava aquí?

Mira, ves, ens quedava per veure Fertilia, la capital que Il Duce va projectar per allà, amb el seu cinema, la seva casa del fascio, la seva escola, voltada d'aiguamolls, curiós. I la teníem a tocar. Per sort, al final a la nostra Mediterrània, sempre acaba sortint el sol i qualsevol indret amaga un petit regal de comiat.





Ribes in my mind

El passat dia 23 d'octubre vam fer la reestrena de Los Momentos que Brillan, en companyia de l'afició ribetenca, a qui se saluda fervorosament des d'aquesta pàgina.
Fou un plaer tornar a veure el documental, envoltats de bons amics i nous encuriosits pel que va passar a Nicaragua aquells anys.

El Cinema Catalunya promet, té fusta per un festival topanista, així que animem als irreductibles cinèfils muntanyencs a que hi pensin. Volem tornar a trepitjar la catifa vermella!!