domingo, 30 de diciembre de 2012

Aleluya, aleluya

Las huestes de voluntarios parroquianos con petos fosforito y los novicios, de todos los colores y razas, ataviados con  sus uniformes Ku-kux-klan, no dan abasto sacando hostias del maletero de la furgoneta y transportándolas calle Génova abajo, dejando la gaviota redentora a sus espaldas.
A los pies de nuestro más insigne descubridor, el que hizo grande la raza y el espíritu, Rouco y sus hermanos han empezado la gran celebración. Las banderas de todo el orbe ondean, desafiando el plomizo cielo de Madrid, que no deja de ser otra tribulación que el Todopoderoso pone en nuestro camino para probar nuestra fidelidad. ¡Dios!¡Qué gozo, qué dicha en mí!¡Cantemos!
¿Es usted sordo, hermano, hermana? Pues fíjese en la pantalla que Sor Sonotone le contará todo lo que está pasando, no ponga excusas para no unirse a nuestro coro de familias cristianas, las únicas oficialmente homologadas por el Vaticano.

El extásis se apodera de la cristiandad, aterida de frío, venida de todas partes de Europa, de allende los mares, cuando minutos después, logran sacar el bocadillo de chorizo de su papel de aluminio, y perforan con la pajita de plástico el zumo en tetrabrik. ¡Aleluya, aleluya! ¡La hora del bocata! Con un poco de suerte conseguiremos ganar el autobús y deshacer los cientos de kilómetros que nos separan del hogar esta misma noche. Lo que hay que hacer por la familia cristiana.

Nosotros nos dirijimos hacia Santa Bárbara, pero no para pedirle que llueva, si no para que nos sirva una caña y un vermut, amén de una ración de patatas fritas. Esta noche homenajeamos al Profesor De Diego en su 40 cumpleaños y hay que dosificar fuerzas. 

sábado, 29 de diciembre de 2012

A la teva cova o a la meva?

Ramon de Vallbona va aspirar la seva cigarreta i es va quedar mirant la dona que jeia al seu costat:
- Petronila, això no por continuar així.
- I per què, Ramon?
- Perquè se suposa que som eremites, que hem vingut aquí a fer vida contemplativa i a buscar el perquè de tot plegat.
- I que no ho estem fent ja?
- Ja et dic jo que al final algú s'anirà de la llengua i tindrem merdé, no es pot ser tan modern.

L'endemà, en Ramon va reunir homes i dones eremites, i com a guia espiritual de la vall i de tots aquells que havien consagrat la seva vida a l'amor universal entre l'espècie humana, i a la reflexió sobre el sentit de la vida, l'humà i el diví, els comunicà la visió que havia tingut la nit anterior, després de la darrera cigarreta:

- Ens hem de separar. Les dones es quedaran aquí, guardant aquest indret, i els homes anirem cap el sud, buscant un lloc més segur. Aviat sabran a Roma que hem trobat la felicitat i no hi haurà coves per a tothom. Podrem tornar, però d'amagat. Fundarem un monestir, per guardar les aparences, i ja tornarem quan s'escaigui.

Ningú va entendre res, però si ho deia en Ramon, per alguna cosa seria. Van passar la darrera nit d'intercanvi de coves i l'endemà van marxar. Als dos anys d'esperar-los i no rebre resposta a les seves missives, Petronila i companyia van decidir fer el seu monestir, fartes del Ramon, les seves visions i els seus remordiments. I fins a la data, la mala llet i el mal rotllo ha arribat fins avui en dia, monjos i monges ja ni es toquen, alguns ni es parlen, acollits als vots de silenci.

De Vallbona i Tàrrega, amb els seus vins i pastissos russos, ens dirigim cap a Calatayud, a sopar la versió aragonesa de l'esqueixada que veieu a la foto, i d'altres delicatessen locals. Quan veiem el compte, ens demanem si no estem essent víctimes d'una estafa contínua a casa, si no quedarà disponible cap cova per on voltaven en Ramon i na Petronila per instal·lar-s'hi i arribar a fi de mes.

sábado, 8 de diciembre de 2012

El final de la escapada

Por el bosque deambulan unos hombrecillos, acompañados de su prole, pertrechados con jergones de última generación. Se les distingue entre la espesura por los vivos colores de sus atuendos, bien diferentes a las divisas indígenas, y por sus trenzas que nunca conocieron la dictadura del peine. Se cuelgan de las rocas de color rojo, con las manos embadurnadas de un polvo mágico de color blanco, y a mitad de ellas se dejan caer sobre esos colchones, convenientemente depositados a los pies de su ascensión. Lo intentan en todas las posiciones, hablan con las piedras, las miran, se conjuran contra el frío que deja ateridas sus manos. Algunos incluso firman ese reptar por las hendiduras de las moles de granito, llenando la tarjeta de memoria de batacazos en todas las posturas y desde todos las alturas posibles.
Suponemos que es un ritual, repetido hasta entrar en trance (quizás por los golpes en la cabeza), incomprendido para los no iniciados. Seguramente se ha conservado entre el follaje desde tiempos inmemoriales, transmitido de padres a hijos para sobrevivir en medio de las esbeltas coníferas y ausente a las miradas de los turistas buscadores de otros restos del pasado.

- Estoy seguro de que es por allí. 

El grupo sigue al guía, experto conocedor de estas selvas serranas. A la media hora de ascensión, donde debería haber un frondoso valle, encontramos un páramo. Gracias a los satélites que cruzan el cielo, no cunde el desánimo, y, afortunadamente, las líneas eléctricas nos devuelven a la civilización, regalándonos un hermoso atardecer con Albarracín al fondo, absortos por la demostración artística de nuestros antepasados neolíticos.