domingo, 12 de agosto de 2012

Occupy Larache!

Una vez cruzado el estrecho e instalados en un maravilloso Riad, nos damos al turismo, dirigiéndonos hacia Larache y Asilah. Por empezar por algún lado, vaya. El antiguo puerto del glorioso protectorado hispano no cumple con nuestras espectativas, aunque sí confirma que mover el bigote en pleno Ramadán va a ser una aventura permanente. En medio de la Plaza España, ejemplo de la monumentalidad que se gastaba el Imperio, un paisano orienta nuestros pasos hacia una mariscada que no era el menú que todos quisimos imaginar, y que tuvimos que pagar a precio casi del país vecino.

- Bueno, pero con vistas al mar, no? Por lo menos a la azotea del vecino.

Y todavía gracias, porque las opciones gastronómicas, más allá del bien surtido mercado a la vuelta de la esquina, son algo menos que escasas. Parte de la expedición empieza a añorar la mesa de cámping, pero hemos venido a disfutar del cambio dirham-euro. Ya por la tarde, alcanzamos el mar.

- Hola, buenas, que venimos a ver si compramos una chalecito en la urbanización.
- Ya conocen el camino, ¿verdad?

Dejamos a un confiado Mohammed en la monumental puerta del futuro complejo turístico, con golf incluido, y acometemos una más de las avenidas que jalonan y dan sentido a este país. Sin ellas, ¿de dónde saldría tanto campeón del medio y largo fondo atlético? Caminar, recorrer distancias a pie, es una verdadera pasión en este país, y para eso hacen falta largas avenidas, mejor con cesped resistente a los 50ºC a los lados. Nos internamos en la Nueva Likkus, lo que vendría a ser el reflejo del yacimiento arqueológico romano que tiene en frente, del cual toma su nombre. Por lo menos, es idéntico en el número de casas habitadas, la de Mohammed el guarda y para de contar.

Eso sí, Nueva Likkus riega su césped, por si alguien quiere echar una partidita al golf. Por ejemplo, ya se habla de un campeonato entre los guardas de seguridad que vigilan celosamente el complejo de incierta inauguración, para matar la escasez de peligros y mantenerlos despiertos. Es evidente que el movimiento okupa internacional tarde o temprano incluirá Larache dentro de sus objetivos.

Nos bañamos, y carretera y manta hacia Asilah, que sólo alcanzamos a ver de noche, y que nos ofrece una deliciosa harira en sus murallas. El grupo crece, más visitantes llegan a nuestro riad. Mañana visita conjunta a Tetuan.

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