La próxima vez que apague usted la bombona de butano en su casa durante el rigurso invierno boreals, en un sacrificado acto de ahorro energético, acuérdese de los mecheros petroleros en el Coca. Quema y queman durante horas, emitiendo rugidos antediluvianos, como los gases con los que se alimentan. Si gusta, puede hacerse una barbacoa o acabar de derretirse juntando su efecto con el del sol ecuatorial, que deja ya en nosotros un moreno paleta perfectamente perfilado por nuestras camisetas.
Los testimonios y los detectores de nuestros monitoreadores, uniformados de riguroso jean de tupido algodón, confirman los peligros de tener un pequeño averno de esta calaña al lado de casa, como lo sufren los habitantes de estos pagos. O un pasivo ambiental, que traducido a lengua romance significa algo así como "la cantidad de mierda que nos dejó enterrada la última empresa que estuvo por aquí". Así nos lo confirma una transeúnte que pasea entre mecheros y pasivos con su pamela y su perrito, comiéndose una guayaba, y que toda decidida nos toma de la mano hasta el interior del campo petrolero.¿Quién teme a guardias y carteles con este panorama?
Mañana, viaje al corazón de la selva, a descubrir las bondades de la energía renovable.
Los testimonios y los detectores de nuestros monitoreadores, uniformados de riguroso jean de tupido algodón, confirman los peligros de tener un pequeño averno de esta calaña al lado de casa, como lo sufren los habitantes de estos pagos. O un pasivo ambiental, que traducido a lengua romance significa algo así como "la cantidad de mierda que nos dejó enterrada la última empresa que estuvo por aquí". Así nos lo confirma una transeúnte que pasea entre mecheros y pasivos con su pamela y su perrito, comiéndose una guayaba, y que toda decidida nos toma de la mano hasta el interior del campo petrolero.¿Quién teme a guardias y carteles con este panorama?
Mañana, viaje al corazón de la selva, a descubrir las bondades de la energía renovable.
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