Las huestes de voluntarios parroquianos con petos fosforito y los novicios, de todos los colores y razas, ataviados con sus uniformes Ku-kux-klan, no dan abasto sacando hostias del maletero de la furgoneta y transportándolas calle Génova abajo, dejando la gaviota redentora a sus espaldas.
A los pies de nuestro más insigne descubridor, el que hizo grande la raza y el espíritu, Rouco y sus hermanos han empezado la gran celebración. Las banderas de todo el orbe ondean, desafiando el plomizo cielo de Madrid, que no deja de ser otra tribulación que el Todopoderoso pone en nuestro camino para probar nuestra fidelidad. ¡Dios!¡Qué gozo, qué dicha en mí!¡Cantemos!
¿Es usted sordo, hermano, hermana? Pues fíjese en la pantalla que Sor Sonotone le contará todo lo que está pasando, no ponga excusas para no unirse a nuestro coro de familias cristianas, las únicas oficialmente homologadas por el Vaticano.
El extásis se apodera de la cristiandad, aterida de frío, venida de todas partes de Europa, de allende los mares, cuando minutos después, logran sacar el bocadillo de chorizo de su papel de aluminio, y perforan con la pajita de plástico el zumo en tetrabrik. ¡Aleluya, aleluya! ¡La hora del bocata! Con un poco de suerte conseguiremos ganar el autobús y deshacer los cientos de kilómetros que nos separan del hogar esta misma noche. Lo que hay que hacer por la familia cristiana.
Nosotros nos dirijimos hacia Santa Bárbara, pero no para pedirle que llueva, si no para que nos sirva una caña y un vermut, amén de una ración de patatas fritas. Esta noche homenajeamos al Profesor De Diego en su 40 cumpleaños y hay que dosificar fuerzas.
A los pies de nuestro más insigne descubridor, el que hizo grande la raza y el espíritu, Rouco y sus hermanos han empezado la gran celebración. Las banderas de todo el orbe ondean, desafiando el plomizo cielo de Madrid, que no deja de ser otra tribulación que el Todopoderoso pone en nuestro camino para probar nuestra fidelidad. ¡Dios!¡Qué gozo, qué dicha en mí!¡Cantemos!
¿Es usted sordo, hermano, hermana? Pues fíjese en la pantalla que Sor Sonotone le contará todo lo que está pasando, no ponga excusas para no unirse a nuestro coro de familias cristianas, las únicas oficialmente homologadas por el Vaticano.
El extásis se apodera de la cristiandad, aterida de frío, venida de todas partes de Europa, de allende los mares, cuando minutos después, logran sacar el bocadillo de chorizo de su papel de aluminio, y perforan con la pajita de plástico el zumo en tetrabrik. ¡Aleluya, aleluya! ¡La hora del bocata! Con un poco de suerte conseguiremos ganar el autobús y deshacer los cientos de kilómetros que nos separan del hogar esta misma noche. Lo que hay que hacer por la familia cristiana.
Nosotros nos dirijimos hacia Santa Bárbara, pero no para pedirle que llueva, si no para que nos sirva una caña y un vermut, amén de una ración de patatas fritas. Esta noche homenajeamos al Profesor De Diego en su 40 cumpleaños y hay que dosificar fuerzas.